
Fuente: Juan Rodríguez
de Rivera
Los frijoles siempre se han
asociado a las dietas más tradicionales. No sólo protagonizan muchos platos
típicos españoles, sino que pueden encontrarse recetas en todo el mundo y,
especialmente, en zonas del centro de América y en Asia. De todas formas, los frijoles
no son cosa del pasado.
La principal razón es que se
trata de un grupo de alimentos que se caracteriza por ser muy saludables y
tener una composición muy completa en nutrientes. De hecho, poseen todos los
macronutrientes en proporciones saludables: un buen aporte de fibra y de
proteínas y un bajo contenido en grasas.
Eso sí, los frijoles son
alimentos muy energéticos, suponen un alto número de calorías. De todas formas,
son
calorías llenas de nutrientes y pueden ser útiles mientras se
realizan dietas de adelgazamiento. Aproximadamente, los frijoles suponen unas
350 kilocalorías por cada ración de 100 gramos.
El aporte que destaca en gran
medida en estos alimentos son las proteínas. Según la Fundación Española de Nutrición (FEN), las legumbres son
la
principal fuente de proteínas vegetales del ser humano. Sin embargo, estas proteínas no
albergan todos los tipos de aminoácidos esenciales que necesitamos y deben ser
complementadas con otros alimentos.
El componente principal de los frijoles
son los hidratos de carbono. Tienen un elevado contenido en
almidones que, normalmente, se asocian con un alto
índice glucémico o, lo que es lo mismo, que motivan un incremento rápido
del azúcar en sangre. En los frijoles no pasa esto porque, además, tienen
bastante fibra.
Este componente provoca que la
asimilación de los hidratos y la entrada de azúcar en sangre se produzcan de
manera lenta. La fibra también ayuda a mantener un buen estado de la flora intestinal y del sistema inmune. Además, el alto
contenido en minerales y en vitaminas del grupo B completa el
aporte saludable de las legumbres.
Tradicionales y Saludables
Los frijoles, sin duda, unas de
las legumbres más famosas en nuestro país por estar relacionada con varias
recetas ancestrales de nuestra cultura. Mientras que los
embutidos, que son carnes procesadas, son poco recomendables por la relación
que trazó la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre ellas y
algunos tipos de cáncer, esta legumbre es muy positiva para la salud.
Eliminar la panceta, la morcilla
o el chorizo de nuestras recetas más tradicionales hará que aprovechemos en
mayor medida los beneficios de las legumbres. Es posible que creamos saberlo
todo sobre los frijoles, pero este alimento guarda algún que otro secreto. Eso sí,
todos sorprenden en el buen sentido de la palabra.
En muchos hogares de nuestro
país, los
términos alubia y
judía
se utilizan como sinónimo. Según algunas investigaciones, el
origen de este uso de la palabra judía radica en
la época en la que buena parte de la península Ibérica era conocida como
Al-Ándalus.
En ella convivieron el
cristianismo, el islam y el judaísmo. Los creyentes de esta última religión
consumían de manera habitual esta legumbre como alternativa a la carne, que
sólo podían comer si cumplía ciertos requerimientos. Los árabes, en
consecuencia, empezaron a relacionar el alimento con dicha cultura y este
significado ha llegado hasta nuestros días.
Adelgazar y Cuidar el Planeta
A pesar de que relacionamos estas
legumbres con elaboraciones muy calóricas, las
legumbres en sí no engordan. De hecho, los expertos aseguran que ayudan a
adelgazar porque su contenido en fibra aporta efecto saciante y evita que
hagamos un sobreconsumo de calorías de peor calidad. Las calorías de los frijoles
tienen una gran calidad porque proceden de nutrientes muy importantes y
beneficiosos para el mantenimiento de nuestra salud.
Las legumbres, en efecto, pueden
llegar a sustituir el aporte de proteínas de la carne animal, pero para ello deben
complementarse con otros alimentos. Las proteínas están formadas por aminoácidos y, entre ellos, hay
un grupo que el propio cuerpo no produce, hay que incorporarlos con la dieta.
Pues bien, a las legumbres en general, y a los frijoles en particular, les
falta una buena proporción de metionina.
Pero no hay por qué preocuparse. Muchos
cereales y algunos frutos secos contienen este aminoácido esencial. Por lo tanto, si acompañamos los frijoles
con ellos, obtendremos proteínas completas. La metionina está presente en el
pan integral, en el arroz y en muchos frutos secos.
Los frijoles tienen una escasa
cantidad de grasa, pero aquellas con las que cuentan son positivas porque
tienen efectos
cardioprotectores. Pero, además, las legumbres no tienen colesterol, su fibra es especialmente importante para el control del azúcar
en sangre y pueden utilizarse para realizar harinas aptas para celíacos.
Por último, los frijoles, como
las legumbres en general, ayudan a la conservación del medio ambiente por
muchos motivos. Su cultivo precisa poca agua comparado con la crianza de ganado
y, además, revitalizan el suelo en el que crecen porque ayudan a fijar el
nitrógeno en la tierra, un elemento que favorece el cultivo de vegetales y
otras legumbres.