
¿Es bueno o malo mascar chicle?
Para algunos es una mala costumbre. Para otros, un hábito placentero.
El chicle, o
tzictli en náhuatl, que mascaban nuestros ancestros, es una savia gomosa, un
poco dura, aromática y de sabor ligeramente dulce que se obtiene del árbol
Manikara zapota, conocido como chicozapote, el cual es originario de México y
zonas tropicales de América central y sur. Hasta hace poco los fabricantes de
chicles comerciales aún empleaban esta savia, pero la mayoría (desde los años
50) la han sustituido por el acetato polivinílico como base gomosa, debido a
que es más barato.
En efecto, debido
a la explotación de otros árboles de las selvas de maderas finas, actualmente
son los árboles de mayor tamaño. Su madera tiene dureza y resistencia
excepcional pero no es explotada debido a la importancia económica del chicle.
Hay sitios arqueológicos en donde los dinteles de las puertas se usaron madera
de chicozapote y se ha mantenido hasta la fecha.
Destacando, que
su fruto, el chicozapote, es uno de los
alimentos favoritos de los monos aulladores.
Solamente es comercializado localmente ya que se echa a perder
rápidamente. También se le atribuyen propiedades medicinales. Sin embargo, la
producción de chicle fue afectada por la sustitución de la goma de chicozapote.
Actualmente la gran mayoría de los chicles están elaborados con un plástico
neutro, el acetato de polivinilo.
Por consiguiente,
es importante resaltar:
En el mundo,
cada año se consumen 560 mil toneladas de este producto
El fotógrafo e
inventor Thomas Adams, en 1870, fue el primero en comercializar el chicle al
añadirle saborizante y azúcar.
Durante su exilio en Estados Unidos, Antonio López de Santana, quien conocía a Adams, le sugirió que creara llantas a partir de la resina del árbol del zapote, lo cual hizo pero fracasó porque la goma era muy blanda. Años después Adams, en una farmacia, observó a una mujer que compraba goma de parafina para mascar, entonces se le ocurrió aprovechar la resina que tenía en su casa; ablandó el chicle con agua caliente y lo amasó, luego lo aplanó y cortó en pequeños pedazos, y los vendió en la misma farmacia en que había obtenido la idea, a un centavo de dólar.
Además, tiene
como beneficios:
Mejora la
concentración: según revela un estudio presentado en el Décimo Congreso
Internacional de Medicina del Comportamiento, el consumo de esta golosina
alivia la ansiedad, mejora el estado de alerta, aumenta la concentración y
reduce el estrés. De hecho, después de mascar chicle, los niveles de cortisol,
la hormona del estrés, en la saliva se reducen hasta un 16%. A su vez, los
ensayos revelaron que mascar chicle puede aumentar considerablemente el
rendimiento cerebral a la hora de desarrollar actividades multitarea, llegando
incluso a mejorar un 109% los resultados.
Reduce la acidez
en la boca: mascar chicle aumenta al doble el flujo de saliva, y la encima de
la saliva neutraliza el ácido de los alimentos y las bebidas. Esto constituye
su mayor beneficio. Además, la saliva tiene calcio y fosfato de hierro, ambos
benéficos para los dientes.
Disminuye el
apetito: las personas que mascan chicle tres veces por hora después del
almuerzo comen menos golosinas ricas en calorías, porque tienen más saciedad
sensorial. Al mascar un chicle dulce, se reduce el antojo de comer cosas
dulces.
Minimiza la
acidez estomacal: el mayor flujo de saliva facilita el paso de los alimentos
sólidos y líquidos a lo largo del esófago, y ayuda a neutralizar el ácido en
este órgano. Conviene elegir chicles con sabor frutal y evitar los de menta.
Calma la
ansiedad: mascar chicle tiene un efecto calmante. Un estudio realizado en
Australia demostró que reduce la ansiedad en más del 17% en situaciones
estresantes, algo que podría deberse al mayor flujo de sangre al cerebro.
Ayuda a dejar de
fumar: los chicles con nicotina han ayudado a muchas personas a dejar de fumar
y los investigadores estudian otros usos medicinales del chicle. En Canadá se
está probando un chicle para enfermos de diabetes de tipo 2 que contiene
metformina, un fármaco que controla la glucosa.
Alivio de
náuseas: Los componentes de la menta disminuyen las contracciones del estómago,
ayudándote a sentirte menos mareada.
Destacando, que no todo es color de rosa, el mascar chicle puede generar las siguientes consecuencias:
No conviene
abusar: el chicle no es un alimento y no conviene abusar de él. No es más que
goma y aditivos y engañar al organismo con mucho tiempo de masticación y nada
en el estómago no es muy positivo: puede generar gases, acidez, irritación
intestinal e incluso diarreas.
Azúcar, exceso
de peso y caries: no conviene mascar chicles con azúcar, ya que engordan y
provocan caries.
Malo para la
gastritis: quienes sufren gastritis no deberían abusar de los chicles. Lo
mismo, quienes tienen problemas de exceso de gases intestinales.
Dolor en la
mandíbula: mascar chicle fuerza las articulaciones témporo-mandibulares y, si
estas se desgastan, el cierre de la boca se altera”, advierte Michael
Benninger, presidente del Instituto de Cabeza y Cuello de la Clínica Cleveland,
en Ohio. Si sueles apretar los dientes al dormir, no conviene abusar del
chicle: con sólo 20 minutos de mascar se agravará su dolor de mandíbula.
Sin duda, no es
bueno abusar de esta golosina, sin dejar de lado que Actualmente la industria
chiclera ha tenido un segundo aire con la producción de chicle natural. Para la
preparación del chicle, el látex se hierve hasta deshidratarlo. La pasta fría
resultante se moldea en maquetas para que se haga sólido. En la planta se le
añade jugo de caña y saborizantes de yerbabuena, menta, limón o canela.